Va quedando poco de la vieja escuela del diseño. Creo que la generación que viene ya no sabrá de lo que hablo cuando mencione prensa plana y menos rotativa. Extraño el olor a las tintas al entrar a una imprenta y la conversación sobre colores, muy típica entre el maquinista y uno afinando líneas y cantidad de carga. Ni hablar de explicarles los complejos procesos productivos que conlleva diseñar, diagramar, generar originales de imprenta, compaginar cuadernillos, y así un sin fin de acciones hasta que el consumidor tuviese su ejemplar en la mano.
Sin duda mi gran escuela en eso fue la ya desaparecida Revista Cosas, donde pude absorber todos esos conocimientos. Cuando salí de ahí, se veía venir un cambio, y aunque seguí asesorando otros medios, los impresos claramente tenían sus años contados.
En esa búsqueda y según lo que el destino va enviando, llegó el packaging a mi vida: rico en recursos gráficos y técnicos, aún más fascinante que un producto editorial, sobre todo si tienes la suerte de trabajar en el mercado del lujo. Lacas, colores metalizados, hotprint, cuños, barniz reserva, tintas de sublimación, laminados, bordados… y así infinitamente hasta lograr envases únicos.
El packaging tiene la gracia de ser esencial en el cuidado del producto y transmitir el valor de la marca a través del diseño. Puedes no hacer publicidad, puedes no tener redes sociales pero de algún modo tienes que entregar el producto que vendes. Desde su humilde espacio el packaging siempre será la puerta de entrada del producto con el consumidor permitiéndole al usuario vivir la experiencia.
¿Quién no ha comprado un producto sólo por su diseño? Quizás no convencido pero al menos le das la oportunidad.
El packaging es complejo es la mezcla del desarrollo entre un diseñador industrial y gráfico, pues debe comunicar pero además ser útil en su manipulación y uso, hay que saber escoger las materialidades precisas y entender de procesos productivos.
Para los que valoramos aún la experiencia offline, el packaging ofrece un gran momento, una oportunidad única para encantar donde se suman hoy nuevas tecnologías, o no tan nuevas, con el uso de códigos QR y realidad aumentada.