Arteterapia y Landart en el Sur de Chile

En este año pandémico se hace imprescindible escapar al bosque, a la naturaleza y a todo lo que nos lleva a entender el poder del aquí y el ahora. Para Arte en Viaje me propuse traspasar mi aprendizaje (ya que me vine a vivir a Futrono, Patagonia Norte, después de vivir 15 años en Santiago de Chile) para que más personas puedan experimentar el efecto sanador de trabajar el arte dentro de la materialidad.

La finalidad del Landart es producir emociones plásticas en el espectador que se enfrenta a un paisaje determinado. El principio fundamental es alterar con un sentido artístico el paisaje, para producir el máximo de efectos y sensaciones al observador. Se pretende reflejar la relación entre los humanos y la Tierra, el medio ambiente y el mundo, expresando al mismo tiempo el dolor, debido al deterioro ambiental del clima que existe hoy en día. Lo principal es la interacción del humano-artista con el medio ambiente.

No puedo dejar de contarles que tengo una gran amiga diseñadora en Belo Horizonte, Branda Rochwerger, con quien he viajado en torno al diseño, responsable de poner INHOTIM en mi mapa al visitarla en Brasil. ¡Impresionante! Hectáreas dedicadas al arte… un sueño! Sí pueden vayan, se acordarán de mí!

«Escápate y regálate experimentar, crear y «reformatear» tu cabeza, alma y espíritu. Si hay algo que nos dejó 2020 es que debemos realizar un cambio de paradigma».

Observar y crear a través de: la composición, la estética orgánica y el Landart es la finalidad del viaje, donde además integrarás experiencias de creación en la naturaleza con una indagación personal, observando en primera persona los recursos de la creación con estos materiales en una dimensión psicológica: mental y emocional. Estos últimos aprendizajes serán guiados por la psicóloga y arteterapeuta Daniela Besa.

Revisa el sitio y la propuesta en Arteterapia y Landart en el Sur de Chile- Febrero 2021 anímate para que recorramos el campo y vayamos a observar. Estoy segura que no olvidarás nunca la experiencia.

Locura académica en tiempos pandémicos «¿Dónde está la cámara?»​

Mi primera experiencia como docente comenzó en el año de 2014 cuando UNIACC me ofreció dar un curso de comunicación digital totalmente por internet, lo cual me acomodaba bastante por mis viajes y podía hacerlo desde cualquier parte del mundo. En ese momento se reducía a un público adulto, que quería estudiar una segunda carrera o definitivamente terminar sus estudios que en algún momento había postergado.

Desdes entonces he seguido dando clases en diferentes universidades e instituciones de:

·        Branding y Marketing

·        Nuevas Tendencias de Marketing

·        Comunicación Social

·        Comunicación Digital

·        Alfabetización Digital

·        Cursos en Arte en Viaje (arteenviaje.com)

Como diseñadora tengo una ventaja, poder realizar mi propio contenido realizando gráficas, animaciones y multimedia. Fue tal el éxito que me ofrecieron también participar en lo que era el diseño instruccional de cursos, algo muy interesante, pues no todos los cursos necesitan las mismas herramientas que las plataformas entregan para el desarrollo de estos (foros, clases sincrónicas, pruebas de selección múltiple, pruebas con tiempos, entre otras).

Online es bastante diferente al presencial:

·        1.- El alumno no necesita asistir a clases. Puede quedarse con lo que entrega la plataforma.

·        2.- El tiempo de concentración frente a una pantalla es de 20 min.

·        3.- La guía ya no la hace el profesor si no el diseño del curso. (Querámoslo o no, el alumno puede estudiar solo).

·        4.- El profesor solo participa “presencialmente” en espacios cortos, foros y clases de 20 min.

Para mi la modalidad online es desafiante intelectualmente, sobre todo con público adulto, el foro se vuelve un espacio realmente de debate con herramientas de citas, links, papers, video, etc… todo el material que está al alcance del alumno (google), siendo un verdadero desafío contraponer opiniones fundadas.

El problema que se sucitó con la pandemia es que de un momento a otro todo se volvió online, donde quienes no estaban adaptados a este sistema tuvieron que aprender en tiempo record como usar la plataforma que la universidad nos proporcionaba. En mi caso, no soy profesor de planta, aprender la diversidad de plataformas se volvió compleja: moodle, blackboard, schoology, edmodo, udemy, rcampus, twiducate, neo LMS, Mahara, Claroline, Sakai, Docebo, Dokeos, Ilias, Tiching, Lon-capa, Webroom, canvas y así… podría estar mucho tiempo enumerándolas todas… sin mencionar incluso las que no conozco.

Ya no bastó con preparar la clase, si no que hubo que diseñar cursos, crear contenidos en multiformatos y además tener “empatía” con la cámara o tener dotes comunicaciones a través de ella.

Por otra parte alumnos y apoderados, no se encontraban conformes con el servicio, porque comparaban lo entregado por la eduación formal (universidades-institutos) con plataformas invadidas de cursos gratuitos en vimeo, youtube, etc. reclamando las horas presenciales de profesores.

En fin, ha sido duro el aprendizaje, es difiícil dejar a todo el mundo contento, ya que todos tenemos diferentes velocidades para aceptar los cambios.

Por lo pronto, no volveremos a clases presenciales, así que sólo quedará tener paciencia para los que les guste la modalidad “antigua”.

Recomiendo evitar clases muy largas y para clases grabadas realizar lo siguiente:

1.     Desarrollar la ppt o keynote de siempre.

2.     Descargar una aplicación para grabar la clase con su voz y luego transcribirla automáticamente (Dictate es gratis)

3.     Revise lo que dijo y desarrolle un contenido coherente, escrito a través de un guión.

4.     Luego, descargue una app de teleprompter.

5.     Con Loom puede grabar su clase e ir leyendo en conjunto con la presentación previamente animada.

Con todo esto evitará verse improvisando e incluso como “chanta” ya que, como decimos en las carreras de comunicación “No sólo es importante el mensaje, si no por dónde y cómo se transmite”.

Packaging lo que va quedando de «impresos»

Va quedando poco de la vieja escuela del diseño. Creo que la generación que viene ya no sabrá de lo que hablo cuando mencione prensa plana y menos rotativa. Extraño el olor a las tintas al entrar a una imprenta y la conversación sobre colores, muy típica entre el maquinista y uno afinando líneas y cantidad de carga. Ni hablar de explicarles los complejos procesos productivos que conlleva diseñar, diagramar, generar originales de imprenta, compaginar cuadernillos, y así un sin fin de acciones hasta que el consumidor tuviese su ejemplar en la mano.

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